TAPACHULA, México (AP) — La presidenta de México, Claudia Sheinbaum, anunció el viernes que el ejército ha presentado una denuncia formal contra los militares involucrados en el asesinato de seis migrantes, un incidente ocurrido esta semana en el sur del país que ha renovado el debate sobre el papel de las Fuerzas Armadas en las labores de seguridad pública.
Entre los migrantes fallecidos se encuentran tres originarios de Egipto, uno de Perú, otro de Honduras y uno más cuya identidad aún no ha sido confirmada. Según informaron a la Associated Press dos agentes, uno federal y otro estatal, que pidieron permanecer en el anonimato, entre las víctimas se hallan dos hermanas egipcias de 11 y 18 años.
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Durante su conferencia matutina, Sheinbaum indicó que la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) “presentó una denuncia contra los elementos que dispararon”. Sin embargo, la presidenta no proporcionó detalles sobre la naturaleza de la denuncia. Los militares implicados han sido separados de sus cargos y están a disposición de la Fiscalía General de la República.
Al lamentar el incidente, Sheinbaum solicitó a la Fiscalía federal que colabore en la investigación junto a la policía militar y sugirió que se debería investigar si hay responsabilidades adicionales por parte de los mandos superiores.
Según un comunicado de la Sedena, el incidente ocurrió cuando una patrulla militar disparó contra una camioneta que transportaba a 33 migrantes, la cual intentó huir al ser interceptada. Detrás de este vehículo viajaban otras dos unidades que también se dieron a la fuga. La versión del ejército sostiene que durante la persecución, “personal militar manifestó escuchar detonaciones, por lo que dos elementos accionaron su armamento, deteniendo su marcha una de las camionetas”.
El Ministerio Público corroboró esta versión, indicando que los militares llegaron al lugar tras ser alertados sobre “personas armadas” y que las tres unidades involucradas “se dieron a la fuga, a pesar de haber sido conminadas a detenerse”. La Fiscalía también informó que durante la persecución, el personal militar alegó haber sido agredido por los ocupantes de los vehículos, lo que motivó su reacción.
El suceso se produjo en una región cercana a la frontera con Guatemala, un área conocida por ser una ruta habitual para el tráfico de migrantes, quienes a menudo viajan hacinados en camiones de carga. El Ejército mexicano confirmó que, en el incidente, cuatro migrantes fallecieron en el lugar, mientras que otros dos perdieron la vida en un hospital. Además, otros diez resultaron heridos y diecisiete se encuentran ilesos.
El proceso de identificación de las víctimas ha sido lento, complicando la determinación de sus edades y nacionalidades. Sin embargo, se estima que los fallecidos tenían entre 11 y 50 años, según un agente federal.
Respecto a los migrantes heridos e ilesos, el Ministerio Público informó que la mayoría han sido identificados como ciudadanos de Cuba, Nepal, Pakistán, India y Egipto.
Este no es el primer caso en el que militares persiguen y disparan contra vehículos que transportan migrantes, dejando un saldo de muertos y heridos. En 2021, en la misma zona donde se produjo el tiroteo reciente, un ciudadano cubano murió y cuatro migrantes resultaron heridos por disparos de la Guardia Nacional.
El incidente ha provocado críticas de la jerarquía de la Iglesia católica en México y de organizaciones humanitarias locales, quienes advierten sobre los riesgos asociados con la militarización de la seguridad pública en el país. Esta tendencia se inició hace décadas y se profundizó durante la administración de Andrés Manuel López Obrador, quien otorgó al ejército el control de la Guardia Nacional, un cuerpo creado en 2019 para reemplazar a la extinta policía federal, que inicialmente estaba bajo mando civil.
A pesar de las críticas que ha recibido, Claudia Sheinbaum ha expresado en días recientes su apoyo a las Fuerzas Armadas, las cuales han asumido diversas tareas y responsabilidades que antes eran manejadas por civiles, acumulando un presupuesto considerable durante la administración anterior.
El caso de los migrantes muertos ha suscitado un debate crucial sobre la eficacia y la ética de la intervención militar en asuntos de seguridad pública en México, en un contexto donde la migración sigue siendo un tema sensible y complicado. La situación continúa evolucionando, y las autoridades están bajo presión para garantizar una respuesta adecuada a este trágico incidente.