
Gaza Está en Ruinas Tras un Año de Ofensiva Israelí: La Reconstrucción Podría Tomar Décadas
GAZA — La Franja de Gaza se encuentra en un estado de devastación tras un año de intensos combates y una ofensiva israelí que ha dejado a la región marcada por la destrucción y la miseria. Los escombros, que antes eran bloques de apartamentos, se apilan en montañas, mientras que el agua contaminada con aguas residuales inunda las calles, propagando enfermedades en medio de una crisis humanitaria sin precedentes.
La situación es desoladora. Shifaa Hejjo, una ama de casa de 60 años, vive actualmente en una tienda de campaña instalada en el terreno donde anteriormente se erguía su hogar. “Esta guerra es destrucción y miseria. Haría que las piedras clamaran”, expresó, reflejando el dolor y la desesperanza que sienten muchos en la región. “Quienquiera que vea Gaza … lo hará llorar”.
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La ofensiva israelí contra Hamás, considerada una de las más mortales y destructivas en la historia reciente, ha cobrado la vida de más de 41.000 personas, entre las que se incluyen un poco más de la mitad mujeres y niños, según informan los funcionarios de salud locales. La guerra, que comenzó como una respuesta al ataque de Hamás contra Israel el 7 de octubre del año pasado, ha generado una catástrofe humanitaria y ha dejado a la población en un estado de incertidumbre y sufrimiento.
Los combates han causado que aproximadamente una cuarta parte de todas las estructuras en Gaza estén destruidas o gravemente dañadas, de acuerdo con una evaluación realizada por la ONU en septiembre, basada en imágenes satelitales. Esta evaluación reveló que alrededor del 66% de las estructuras, incluidas más de 227.000 unidades de vivienda, han sufrido al menos algún tipo de daño.
A medida que el conflicto continúa, la perspectiva de reconstrucción se vuelve cada vez más lejana. Los expertos en la materia advierten que, incluso si los combates cesan, cientos de miles de personas podrían permanecer atrapadas y vivir en campamentos de tiendas de campaña durante años. La falta de un plan claro para el día después del conflicto dificulta cualquier intento de evaluar cuándo o cómo se podrá comenzar a reconstruir.
Alison Ely, coordinadora en Gaza del Shelter Cluster, una coalición internacional de proveedores de ayuda liderada por el Consejo Noruego para los Refugiados, subrayó que si se logra un alto al fuego, alrededor de la mitad de las familias “no tendrán a dónde regresar”. Esto representa un desafío significativo no solo para la población local, sino también para la comunidad internacional que busca proporcionar asistencia y apoyo.
Israel ha culpado a Hamás por la devastación de Gaza, argumentando que el grupo palestino ha incrustado gran parte de su infraestructura militar, incluidos cientos de kilómetros de túneles, en áreas densamente pobladas, donde se han librado algunas de las batallas más intensas. Esta narrativa ha sido utilizada por Israel para justificar su respuesta militar y la destrucción que ha resultado de la misma.
Sin embargo, la comunidad internacional observa con preocupación la situación humanitaria en Gaza, donde el acceso a agua potable, alimentos y atención médica se ha visto severamente restringido. Organizaciones humanitarias advierten que la crisis podría empeorar si no se implementan medidas urgentes para atender las necesidades básicas de la población.
La crisis de salud en Gaza se ha intensificado debido a la falta de infraestructura y servicios básicos. La contaminación del agua y el hacinamiento en campamentos de refugiados crean un caldo de cultivo para enfermedades. Los organismos de salud pública han expresado su temor a un brote de enfermedades, lo que podría agravar aún más la situación.
La comunidad internacional se enfrenta al desafío de brindar asistencia en medio de un conflicto en curso. La falta de un acceso seguro a la región limita la capacidad de las organizaciones para operar y proporcionar la ayuda necesaria a quienes más la necesitan.
La devastación en Gaza resalta la urgencia de una solución que aborde no solo las consecuencias inmediatas del conflicto, sino también las causas subyacentes que han llevado a esta crisis humanitaria. A medida que la situación continúa deteriorándose, la comunidad internacional debe redoblar esfuerzos para facilitar el acceso humanitario y trabajar hacia una solución duradera que garantice la seguridad y los derechos de todas las partes involucradas.
La reconstrucción de Gaza será un proceso monumental que no solo requiere recursos financieros, sino también un compromiso sincero de paz y cooperación entre los actores involucrados. Sin un cambio significativo en las dinámicas del conflicto y un enfoque renovado en el bienestar de la población, el futuro de Gaza seguirá siendo incierto y sombrío.