BEIRUT, Líbano (AP) — En un contexto de creciente tensión militar, las fuerzas israelíes ordenaron el jueves la evacuación de la ciudad de Nabatieh y otras comunidades del sur de Líbano, ubicadas al norte del río Litani, en una indicación de que podrían ampliar su operación terrestre contra el grupo político-paramilitar Hezbollah. Esta medida se produce en un momento crítico, tras una serie de enfrentamientos mortales entre ambas partes.
Israel ha declarado una zona de contención en el sur de Líbano, establecida por el Consejo de Seguridad de la ONU tras la guerra de 2006, donde cada parte se acusa mutuamente de violar las resoluciones internacionales. Hasta ahora, al menos nueve soldados israelíes han perdido la vida en los combates recientes con Hezbollah, que se ha intensificado desde el inicio de lo que Israel califica como una “incursión limitada” por tierra.
La situación humanitaria en Líbano se agrava con el reciente ataque aéreo israelí que ha impactado instalaciones médicas y ha resultado en la muerte de trabajadores de la salud. La Organización Mundial de la Salud reportó que 28 trabajadores sanitarios fallecieron en el país el día anterior, mientras que el acceso a la atención médica se está restringiendo. Tres docenas de instalaciones de salud han cerrado en el sur, y cinco hospitales han sido evacuados total o parcialmente en Beirut.
El ministro de Salud de Líbano, Firas Abaid, condenó los ataques israelíes, que han alcanzado hospitales y centros de atención médica, calificándolos como “un crimen de guerra”. “Las leyes internacionales son claras en cuanto a la protección de estas personas, es decir, los paramédicos. ¿Quién dio a Israel el derecho a ser juez y verdugo al mismo tiempo?” expresó Abaid.
La Cruz Roja de Líbano informó que un ataque israelí hirió a cuatro de sus paramédicos y causó la muerte de un soldado libanés mientras evacuaban a heridos en el sur del país. El convoy de rescate, que contaba con la custodia del ejército libanés, fue atacado cerca de la localidad de Taybeh, a pesar de haber coordinado sus movimientos con las fuerzas de paz de la ONU.
Adicionalmente, un soldado libanés fue asesinado en un puesto militar en Bint Jbeil por fuego israelí. Según el ejército libanés, este respondió al ataque. Un funcionario de seguridad, que habló bajo condición de anonimato, indicó que el puesto del ejército fue alcanzado por fuego de artillería.
En un desarrollo reciente, un ataque aéreo israelí contra un apartamento en el centro de Beirut dejó un saldo de nueve muertos, entre ellos siete rescatistas vinculados a Hezbollah. Este ataque se produjo sin previo aviso, alcanzando un edificio cercano a las oficinas de la ONU, la oficina del primer ministro y el Parlamento.
Los residentes de Beirut reportaron un olor similar al azufre tras el ataque, y la Agencia Nacional de Noticias estatal libanesa acusó a Israel de utilizar bombas de fósforo, aunque sin aportar evidencia. Históricamente, grupos de derechos humanos han acusado a Israel de emplear proyectiles incendiarios de fósforo blanco contra poblaciones en el sur de Líbano.
Hezbollah, que cuenta con un brazo armado y una fuerte base política, tiene decenas de miles de combatientes, lo que complica aún más la situación. Desde finales de septiembre, Israel ha intensificado sus bombardeos en áreas donde Hezbollah tiene una presencia significativa, pero rara vez ha atacado el corazón de la capital libanesa.
Las advertencias de evacuación y la creciente actividad militar israelí han llevado a un aumento de las tensiones en la región, poniendo en alerta a la comunidad internacional sobre las posibles repercusiones de una escalada mayor. Mientras tanto, el ejército israelí no ha emitido comentarios sobre las recientes acusaciones y ataques.
A medida que la situación sigue evolucionando, el equilibrio de poder y las dinámicas de la región se mantienen en una constante incertidumbre. Las acciones de Israel y las respuestas de Hezbollah tienen el potencial de afectar significativamente el panorama geopolítico en Medio Oriente, lo que requiere una atención continua por parte de los analistas y líderes internacionales.
Con la situación en Líbano y la región en un punto crítico, el futuro inmediato parece estar marcado por un aumento de la violencia y una mayor inestabilidad, lo que pone en riesgo no solo a los combatientes, sino también a la población civil atrapada en medio del conflicto.